2015 / 07 / 10
Hemen ikus
daiteke argitalpen originala:
Ayer llegamos a la isla de Ré. Nos alojamos en el camping municipal de la capital Saint Martin de Ré. La ciudad y el camping ya eran conocidos para nosotros, ya que en la semana de Pascua de 2014 nos habíamos alojado allí. Ahora la estancia iba a ser de una sola noche. Nada más instalarnos en el camping bajamos hasta el puerto, y después de gozar de una cerveza hicimos un pequeño recorrido por las fortificaciones que rodean la ciudad; las remodeló un tal Vauban y su conservación es inmejorable. Nosotros caminamos desde el puerto hacia el poniente, y no vimos el recinto fortificado, que esta al este.
De vuelta al camping se mantenían una temperatura y ambiente agradables; al frescor del atardecer comencé a leer en la guía que traemos para el viaje que acabamos de empezar. ¡Sorpresa! ¡Deberíamos haber caminado hacia el este para ver el recinto principal! Este fuerte ha sido cárcel durante mucho tiempo; de este agujero salieron hacia la Isla del Diablo, en la Guayana, o hacia Nueva Caledonia los “bagnards” que estaban condenados a trabajos forzados. Parece que no volvió ni uno.
Al saber esto tomamos una decisión: “Tenemos que ver de dónde salían los “bagnards” cuando los llevaban de viaje hacia la muerte". Y hoy nos hemos quedado.
No se puede ver el interior de la fortaleza convertida en prisión; el fuerte no nos ha contado su historia; nadie nos ha informado sobre las injusticias cometidas tras los muros. Pero en la fotografía se puede ver el último trozo de Francia que veían los “bagnards”.
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