2019/12/31

Santiago de Chile: los culpables reconocen sus crímenes cuando los niegan


Latinoamérica; pinceladas, imágenes y enlaces de un viaje (25)


Santiago de Chile.
Los culpables reconocen sus crímenes cuando los niegan
25 - 28/11/2018


En toda esta serie de pinceladas de mi viaje de 2018 por Latinoamérica (que desde hace varios meses subo a este blog), en la presentación o portada de cada entrega apenas uso más de una imagen compuesta con varias fotos relacionadas con lo tratado en cada texto. En esta haré una excepción; cada apartado irá precedido de una imagen. Son cuatro partes relacionadas con lugares, personas u objetos; cuatro espacios, vivencias o elementos recuperados para la memoria.


Lo que quise ver en los cuatro fue que la propia negación de las atrocidades cometidas era un reconocimiento de culpabilidad. Tergiversar burdamente la verdad sobre el crimen cometido, o construir un muro para ocultarlo, son formas de reconocerse culpable. No pude dejar de recordar la pared construida en el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio D2 de Córdoba, Argentina. Allí quisieron evitar que los represaliados que sobrevivieron pudiesen reconocerlo; en Santiago tomaron decisiones administrativas para que un lugar dejase de existir, aunque no fuese físicamente.


La Moneda


La Moneda, sede del gobierno chileno en Santiago, fue bombardeada el 11 de setiembre de 1973. Allí, y en aquella fecha, murió Allende defendiendo la democracia. Durante más de cuatro décadas las imágenes de La Moneda bombardeada han sido la imagen de Santiago de Chile que me venía a la cabeza cada vez que oía o leía su nombre, o yo mismo lo mencionaba. Cuando pensaba que alguna vez visitaría Santiago, imaginaba la ciudad que Allende predijo en su último discurso: “Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”.


El domingo 25 de noviembre caminé por la Avenida Libertador Bernardo O’Higgins (conocida como Alameda), llegué hasta la Plaza de la Ciudadanía y pude contemplar el icónico edificio. No había ninguna señal del bombardeo al que fue sometido hacía 46 años (ahora 47).

En Palacio de La Moneda, un libro publicado en 1983, escrito por Hernán Rodríguez Villegas y presentado por el mismo Pinochet, se mencionan las remodelaciones realizadas durante el siglo XX, y los nombres de los presidentes de la república en el momento en que se llevaron a cabo. Al tratar sobre la necesaria restauración después del bombardeo sufrido en 1973 se dice:

“Luego del incendio sufrido por el edificio en 1973, la caída de estucos de los muros permitió apreciar las graves alteraciones estructurales producidas a través del tiempo, las que aumentaron peligrosamente al quemarse las vigas de roble que sustentaban los pisos y techumbres.

La importancia fundamental del Palacio de la Moneda en nuestra historia política y cultural, así como su condición de monumento capital de nuestro patrimonio, hizo que el Gobierno ordenara a la brevedad su total restauración, la que vino a concluirse en marzo de 1981”.

Ni se menciona a Allende ni se dice qué fue lo que provocó el incendio. La dictadura no solo ocultó físicamente lugares donde se dieron sus acciones criminales, también se las quiso hurtar a la historia.

En la información que busqué en Internet pude leer que durante la restauración del palacio, el salón donde murió Allende fue suprimido y cerrado con un muro de hormigón. Posteriormente (2008) la presidenta Michelle Bachelet dispuso la restauración de aquella sala.

Retrocediendo por la Alameda hacia Londres 38 pensaba si aquella era una de las grandes alamedas que predijo Salvador Allende. En uno de los países de Latinoamérica donde las diferencias sociales son más grandes, me resultaba imposible creer que aquel presidente se refiriese a la alameda que yo recorría, porque, ¿quién puede ser libre en una sociedad radicalmente desigual y en la que los derechos básicos no están garantizados?


Londres 38, espacio de memorias



Londres 38 fue un centro de retención, tortura, exterminio y desaparición durante la dictadura. Entre la Alameda, a la altura de la iglesia de San Francisco, y la calle Padre Alonso de Ovalle, discurre la calle Londres. Muy cerca de la iglesia está Londres 38.

Este inmueble fue adquirido por el Partido Socialista en 1970. Después del golpe la dictadura se apoderó del inmueble; durante un año lo utilizó la DINA para torturar y hacer desaparecer. Por el centro pasaron más de 1.100 personas, de las que 94 (la mayoría jóvenes) fueron desaparecidas y/o ejecutadas.

En 1978 Londres 38 fue transferido gratuitamente a una institución vinculada al ejército. En el inmueble se hicieron obras para ocultar evidencias y testimonios de las personas represaliadas. Además la numeración de los inmuebles se modificó para que en la calle Londres no existiese el nº 38; en el minuto 2:15 de este vídeo se puede ver la numeración que se le asignó para hacerlo desaparecer administrativamente: el nº 40. ¿Puede ser más evidente el reconocimiento del crimen por los victimarios?

El 12 de octubre de 2005, el recinto fue declarado Monumento Histórico de Chile, a solicitud del "Colectivo Londres 38". El lugar es el único centro de represión y exterminio clandestino de la DINA que no fue destruido; hoy “es un sitio de memoria recuperado y abierto a la comunidad y las organizaciones sociales”.



Museo de la Memoria


El Museo de la Memoria de Santiago da para una visita de día completo. En él se recoge información sobre toda la historia de la dictadura y la represión durante la misma. Hay experiencias desgarradoras, declaraciones grabadas en vídeo a torturados que sobrevivieron, cartas, documentos, prensa, dibujos…

Aquí solo me referiré a algo que me impresionó especialmente: la carta de una niña a Lucía Hiriart, la mujer de Pinochet, y la respuesta de esta.

Ninoska Henríquez Araya, una niña de nueve años, escribió una carta a Lucía Hiriart; en ella le pedía ayuda para poder reencontrase con su abuela Olga y su abuelo Bernardo. Cinco meses antes la DINA los había secuestrado junto a la propia Ninoska, su hermano Vladimir de 15 años y un primo de ambos de 9.


La respuesta de Lucia Hiriart no pudo ser más escueta, impersonal y aparentemente aséptica; sin embargo en ella se aprecia el desprecio más absoluto. En la mecánica y protocolaria respuesta lo único que tuvo que hacer la mujer de Pinochet fue escribir su nombre. Cuando vi la nota de respuesta imaginé a Lucia Hiriart dándose aires de importancia y escribiendo con despreciable condescendencia su nombre en el papel que le presentaban para la firma. Me pareció que aquella línea escrita a mano retrataba su soberbia y arrogancia: escribía su nombre encima de la nota de respuesta, no en el lugar de la firma, como si, segura ya de que sus órdenes estaban cumplidas, ni siquiera tuviese la necesidad de leer lo que firmaba. Su apellido quedaba reducido a una inicial, pero reforzado con el “de Pinochet”, la herramienta más visible de aquel régimen sangriento.

Aquella respuesta tan aséptica, y con palabras anodinas y de significado neutro (estudio y resolución), convertía la política represiva en algo meramente administrativo, otra manera de ocultar el crimen cometido.

Los abuelos de Ninoska nunca han aparecido. El resultado de su carta no pudo ser más amargo para la niña y su familia.


Bloque de hormigón



El cuarto elemento en el que creí ver reconocimiento del crimen en la ocultación es un objeto que se expone en el Museo de La Memoria: un bloque de hormigón.


El 8 de julio de 1971 se produjo un terremoto en Chile. La Unión Soviética donó una fábrica de paneles de hormigón destinados a construir viviendas sociales del programa de gobierno de Unidad Popular. En noviembre de 1972 Salvador Allende y el embajador de la Unión Soviética firmaron uno de los paneles con un texto que decía: “Gracias compañeros soviéticos y chilenos”. El panel quedó expuesto a la entrada de la fábrica convirtiéndose en un símbolo del proyecto socialista de Allende, en el que el derecho a la vivienda se entendía como un derecho fundamental.

Después del golpe la administración de la fábrica pasó a manos militares. El panel conmemorativo se cubrió con estuco y pintura y su mensaje fue ocultado. Algunos de los trabajadores fueron detenidos y torturados, y cinco de ellos desaparecidos. La fábrica fue cerrada en 1979.

Este panel también es memoria colectiva que quisieron borrar.



Ni aquella dictadura, ni quienes participaron en ella y continuaron en las instituciones de la república consiguieron ocultar su barbarie. El pueblo vuelve a manifestarse contra la injusticia, y el gobierno saca a la calle el ejército y los carabineros, que vuelven a reprimir con violencia vesánica… Pero la lucha continúa.

¿Se están abriendo de nuevo las grandes alamedas por las que pasan seres humanos libres construyendo una sociedad mejor?

2019/12/30

Santiago de Chile: errudunek beren krimenak aitortzen dituzte ukatzen dituztenean


Latinoamerika; bidaia baten hainbat zertzelada, irudi eta esteka (25)


Santiago de Chile
Errudunek beren krimenak aitortzen dituzte ukatzen dituztenean
(2018 / 11 / 25 eta 28)



2018an Latinoamerikan zehar egin nuen bidaiaren zertzelada sorta honetan (duela zenbait hilabetetatik blog honetara igotzen ditudanak), irudi bat baino gehiago ez dut erabiltzen portada gisa, testu bakoitzean jorratutakoarekin lotutako hainbat argazkirekin osatua. Santiago de Chileko emanaldi honetan salbuespen bat egingo dut; nahiz eta La Moneda delakoaren argazki batekin aurkeztu, atal bakoitzaren aurretik beste irudi bat jartzen dut. Leku, pertsona edo objektuekin zerikusia duten lau zati dira; memoriarako berreskuratutako lau espazio, bizipen edo elementu.


Lauretan ikusi nuena hau izan zen: egindako ankerkerien ukazioa bera erruduntasun aitorpena zen. Egindako krimenari buruzko egia baldarki desitxuratzea, edo hura ezkutatzeko harresi bat eraikitzea, erruduntasuna aitortzeko moduak dira. Córdobako (Argentina) Atxiloketa, Tortura eta Exterminio D2 Zentroan eraikitako horma gogoratu nuen. Córdoban, D2-tik igaro eta bizirik atera ziren errepresaliatuei lekua identifikatzea saihestu nahi izan zieten; Santiagon erabaki administratiboak hartu zituzten leku batek ofizialki existitzeari utz ziezaion, fisikoki ez bazen ere.


La Moneda


La Moneda, Txileko Gobernuaren egoitza, 1973ko irailaren 11n bonbardatu zuten. Han, eta data hartan, Allende hil zen demokrazia defendatuz. Lau hamarkada baino gehiagoan La Moneda bonbaketaren irudiak Santiago de Chileko irudia izan dira niretzat; izena entzuten edo irakurtzen nuenean, edo nik neuk aipatzen nuenean, burura etortzen zitzaizkidan. Santiago noizbait bisitatuko nuela pentsatzen nuenean, Allendek bere azken hitzaldian iragarri zuen hiria imajinatzen nuen: “Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”

2018ko azaroaren 25ean, igandea, Libertador Bernardo O’Higgins etorbidetik (Alameda izenaz ere ezagutzen dena), Plaza de la Ciudadanía-raino iritsi nintzen eta eraikin ikonikoa ikusi ahal izan nuen. Duela 46 urte (orain 47) jasan zuen bonbaketaren seinalerik ez zegoen.

Palacio de La Moneda liburuan (1983an argitaratua, Hernan Rodriguez Villegasek idatzia eta Pinochetek berak aurkeztua) XX. mendean zehar jauregian egindako birmoldaketak aipatzen dira, baita lanak gauzatu ziren unean errepublikako presidenteen izenak ere. 1973an jasandako bonbardaketaren ondoren egin beharreko zaharberritzeari buruz hitz egitean, honako hau esaten da:

“Luego del incendio sufrido por el edificio en 1973, la caída de estucos de los muros permitió apreciar las graves alteraciones estructurales producidas a través del tiempo, las que aumentaron peligrosamente al quemarse las vigas de roble que sustentaban los pisos y techumbres.

La importancia fundamental del Palacio de la Moneda en nuestra historia política y cultural, así como su condición de monumento capital de nuestro patrimonio, hizo que el Gobierno ordenara a la brevedad su total restauración, la que vino a concluirse en marzo de 1981”
.

Ez da Allende aipatzen eta ez da esaten zerk eragin zuen sutea. Diktadurak, ekintza kriminalak gertatu ziren lekuak fisikoki ezkutatzeaz gain, historiari ere egia lapurtu nahi izan zion.

Interneten bilatu nuen informazioaren arabera jauregia zaharberritu zutenean, Allende hil zen aretoa hormigoizko horma batekin itxi zuten. Beranduago (2008) Michelle Bachelet presidenteak areto hura zaharberritzeko lanak agindu zituen.

Alamedatik Londres 38ra atzera eginez, ea hura Salvador Allendek iragarri zuen alameda handietako bat ote zen pentsatzen nuen. Desberdintasun sozial handienak pairatzen duen Latinoamerikako herrialdean zaila egiten zitzaidan Allenderen hitzak alameda harekin lotzea; izan ere, nor izan daiteke libre izugarrizko desberdinkeria dagoen eta oinarrizko eskubideak bermatuta ez dauden gizarte batean?


Londres 38, memorien gunea



Londres 38 diktadura garaian atxikitze, tortura, sarraski eta desagertze zentro bat izan zen. Alameda-ren, San Frantzisko elizaren parean, eta Aita Alonso de Ovalle kalearen artean, Londres kalea igarotzen da. Elizatik oso gertu Londres 38 dago.

Higiezin hori Alderdi Sozialistak erosi zuen 1970ean. Estatu kolpearen ondoren diktadura jabetu zen higiezinaz; urtebetez DINAk erabili zuen torturatzeko eta desagerrarazteko. 1.100 pertsona baino gehiago igaro ziren zentrotik, eta horietatik 94 (gehienak gazteak) desagerrarazi edo exekutatu egin zituzten.

1978an Londres 38 doan transferitu zioten armadari lotutako erakunde bati. Eraikinean obrak egin ziren ebidentziak ezkutatzeko eta errepresaliatuen testigantzak saihesteko. Gainera, higiezinen zenbaketa aldatu egin zen, Londres kalean 38. zenbakia egon ez zedin; bideo honen 2:15 minutuan, esleitu zitzaion zenbakia ikus daiteke, administratiboki desagerrarazteko: 40. zenbakia. Nabariagoa izan daiteke krimenaren aitortza biktimarioen aldetik?

2005eko urriaren 12an, Txileko Monumentu Historiko izendatu zuten, Londres 38 kolektiboak eskatuta. Lekua da suntsitu ez den DINAren errepresio eta sarraski klandestinoaren gune bakarra; egun, "Oroimen gune berreskuratua da, eta komunitateari eta gizarte erakundeei irekia".



Santiagoko Memoriaren Museoa



Santiagoko Memoriaren Museoak egun osoko bisita baterako ematen du. Bertan, diktaduraren eta errepresioaren historia osoari buruzko informazioa jasotzen da. Esperientzia lazgarriak daude, bizirik atera ziren torturatuei bideoan grabatutako adierazpenak, gutunak, dokumentuak, prentsa, marrazkiak …

Hemen bereziki txundituta utzi ninduen zerbait baino ez dut aipatuko: neskato batek Lucia Hiriarti, Pinocheten emazteari, bidali zion gutuna eta honen erantzuna.

Ninoska Henríquez Arayak, bederatzi urteko neskatoak, gutun bat idatzi zion Lucia Hiriarti; bertan, laguntza eskatzen zion, bere amona Olgarekin eta bere aitona Bernardorekin berriz elkartu ahal izateko. Bost hilabete lehenago DINAk Ninoska bera, 15 urteko Vladimir anaia eta 9 urteko lehengusu batekin bahitu zituen aitona-amonarekin batera.


Lucia Hiriarten erantzuna ezin izan zen laburragoa, inpertsonalagoa eta itxuraz aseptikoagoa; hala ere, bertan mespretxurik erabatekoena nabaria da. Erantzun mekaniko eta protokolarioan Pinocheten emazteak egin behar izan zuen gauza bakarra bere izena idaztea izan zen. Erantzun-oharra ikusi nuenean, Lucia Hiriart imajinatu nuen bere buruari garrantzi handiko itxura ematen, eta bere izena sinadurarako aurkezten zioten paperean mespretxuz idazten. Iruditu zitzaidan eskuz idatzitako lerro hark bere harrokeria islatzen zuela: bere izena idazten zuen erantzun-oharraren gainean, ez sinaduraren lekuan, bere aginduak beteta zeudela ziurtasun osoz, sinatzen zuena irakurtzeko beharrik ere ez balu bezala. Bere abizena inizial batera murriztua geratzen zen, baina gehigarri batekin indartua: "de Pinochet", erregimen odoltsu hartako tresnarik ikusgarriena zena.

Erantzun aseptiko hark, esanahi neutroko hitzekin, politika errepresiboa arazo edo gai administratibo hutsa bihurtzen zuen; egindako krimena ezkutatzeko beste modu bat.

Ninoskaren aitona-amonak ez dira inoiz agertu. Bere gutunaren emaitza ezin garratzagoa izan zen neskatoarentzat eta haren familiarentzat.



Hormigoizko blokea



Memoriaren Museoan ikusgai dagoen beste objektu batean egindako krimenaren aitorpena ikusi nuen: hormigoizko panel bat, honetan ere ezkutatze jarduera bat.

1971ko uztailaren 8an lurrikara bat gertatu zen Txilen. Sobiet Batasunak hormigoizko panel fabrika bat eman zuen etxebizitza sozialak eraikitzeko. 1972ko azaroan Salvador Allendek eta Sobietar Batasuneko enbaxadoreak hormigoizko bloke bat sinatu zuten, "Gracias compañeros soviéticos y chilenos" zioen testu batekin. Blokea ikusgai geratu zen fabrikaren sarreran, Allenderen proiektu sozialistaren ikur bihurtuz, non etxebizitza eskubidea oinarrizko eskubide gisa ulertzen zen.

Kolpearen ondoren, fabrikako administrazioa esku militarretara pasatu zen. Oroitzapenezko panela igeltsuz eta pinturaz estali zuten, eta haren mezua ezkutuan geratu zen. Langileetako batzuk atxilotu eta torturatu egin zituzten, eta horietako bost desagerrarazi. 1979an itxi zuten lantegia.

Panel hori ere bada ezabatu nahi izan zuten memoria kolektiboa.



Ez diktadura hark, ez bertan parte hartu eta errepublikako erakundeetan jarraitu zutenek, ez zuten lortu beren basakeria ezkutatzea. Herria berriro manifestatzen da bidegabekeriaren aurka, eta gobernuak kalera ateratzen ditu armada eta karabineroak; eta hauek, berriz ere, indarkeria eroaz zapaltzen dituzte herritarrak … Baina borroka oraingoz aurrera doa.

Berriro irekitzen ari dira alameda handiak bertatik ibiltzen diren gizaki askeek gizarte hobe bat eraikitzeko?

2019/12/16

Chile, la dictadura no queda tan lejos


Latinoamérica; pinceladas, imágenes y enlaces de un viaje (24)


Santiago de Chile.
La dictadura no queda tan lejos
23/11/2018


NOTA:Cuando subo estas notas de viaje a este blog (mediados de diciembre de 2019) ya han pasado más de dos meses desde el inicio de las protestas y la movilización social en Chile, donde los niveles de desigualdad son de los más altos de la región. La dictadura cívico-militar, de la que Pinochet fue un títere sanguinario, instaló el modelo neoliberal y privatizó los servicios sociales más básicos; la Constitución de 1980, vigente en la actualidad, protege ese modelo, aplicado con absoluta ortodoxia en Chile. La represión de las movilizaciones ha sido (está siendo) brutal. Desde que comenzaron recibo mensajes de Nicolás Miranda, un joven artista chileno que conocí en la casa vasca Denok Bat de Santiago; en ellos se puede sentir el pulso de la lucha en la calle. Las razones del estallido se exponen con meridiana claridad en este artículo del escritor y editor chileno Galo Ghiglioto. Aquella dictadura sigue presente en Chile.

Abandoné Mendoza y crucé los Andes hacia Santiago de Chile. El itinerario fue el mismo que unos días antes había hecho en un tour turístico desde Mendoza hasta Las Cuevas, última localidad argentina antes de la muga. El autobús cruzó el túnel de Cristo Redentor para llegar al puesto fronterizo de Chile. El descenso hacia Santiago es mucho más vertiginoso que el ascenso desde Mendoza. Santiago (a unos 150 km) y el mar no estaban lejos; Santiago casi 2.400 m más abajo, el Pacífico unos 3.100.


Llegué al hotel que había reservado con tiempo suficiente como para instalarme, tener tiempo para empezar a recorrer Santiago y acercarme hasta la casa vasca Denok Bat, que quería visitar. Pero antes de salir, la dueña me quiso dar información y orientaciones para moverme por la capital; me tuvo hora y media secuestrado.

Su ideología marcadamente conservadora, clasista y racista quedó enseguida al descubierto. El talante cordial (y en buena medida paternalista) con que me hablaba, los comentarios amables con los que justificaba sus críticas racistas, y el disimulo con el que exculpaba a Pinochet, no lograban suavizar su clasismo, fascismo y aporofobia.

Me habló con desprecio de los haitianos, que después del terremoto que en 2010 asoló su país llegaron a Chile porque, según sus palabras, “la presidenta Bachelet dijo que aquí iban a tener de todo”; y añadió que “viven como animales”.

También habló largo y tendido contra de los mapuches, pueblo del sur de Chile. Allí la persecución policial y del ejército es continua, pero mi interlocutora solo veía violencia en la parte agredida, no en la policía y el ejército, que defienden los intereses de multinacionales y latifundistas.

Y deslizó un par de frases laudatorias para Pinochet, del que decía que “hizo cosas buenas”. Resumió toda su conversación con esta frase:

–En Chile no hay nada malo. Lo malo que puedas encontrar es forastero.

Entendí que en lo foráneo incluía personas, costumbres e ideologías.

Menos mal que al hacer la reserva estuve buscando un sitio barato. ¡Qué habría oído en un hotel de lujo!

A media tarde salí para empezar a recorrer Santiago, la capital de ese Chile que, según mi hospedera, quitando lo foráneo todo lo tiene bueno.

Di un largo paseo para llegar a la casa vasca Denok Bat. Faltaban algunas horas para que se hiciese de noche. El vigilante me dijo que podía pasar a ver el restaurante, el trinquete, el frontón del complejo, el txoko… Me asomé al restaurante, que a aquella hora estaba vacío. Atravesé el trinquete y llegué hasta el frontón, junto al que Denok Bat tiene otra estancia habilitada como txoko. A las puertas de este hablé con un par de personas que estaban esperando para una reunión. Aquellas personas eran desconocidas para mí y yo era un extraño para ellas, así que después de una educada y corta conversación volví sobre mis pasos para salir del complejo.

Al atravesar el trinquete me cruce con una joven que llevaba una chapa de ahobizi en su camiseta. Nos saludamos en euskera; ella resultó ser una euskaldun de Zestoa que enseñaba euskera en la Universidad de Chile y en la Universidad Católica de Santiago. Iba a una reunión para preparar el día del euskera. Volví al txoko con ella. En este enlace se puede leer lo que entonces ya conté de aquella velada.

Aquel grupo con el que compartí una velada en la que no faltaron los pinchos y el vino, me llevó a un Chile muy diferente al descrito por mi hostelera, un Chile mucho más cercano al que vive la mayoría de la población del país; seguramente mucho más cercano también a la descripción de la realidad que la dirección de Denok Bat haría. Allí conocí a Nicolás Miranda, la persona que ahora me va acercando noticias y testimonios de la lucha y movilizaciones, que el hartazgo por la injusticia que no cesa hizo estallar hace dos meses.

No salí del complejo de Denak Bat hasta pasada la media noche. A la puerta seguía el mismo vigilante que me permitió entrar.

–¿Todavía aquí? –me dijo sorprendido cuando marchaba.

2019/12/15

Chile, diktadura ez da hain urrun geratzen


Latinoamerika; bidaia baten hainbat zertzelada, irudi eta esteka (24)


Santiago de Chile
Diktadura ez da hain urrun geratzen
(2018 / 11 / 23)


OHARRA:Blog honetara bidaia-ohar hauek igotzen ditudanean (2019ko abenduaren erdialdea), Txilen protestak eta mobilizazio soziala hasi zirenetik bi hilabete baino gehiago igaro dira; haien jatorria eskualdeko desberdintasun-mailarik altuenetako batean bilatu behar da. Diktadura zibiko-militarrak, non Pinochet odol-txotxongiloa izan baitzen, eredu neoliberala ezarri eta oinarrizko gizarte-zerbitzuak pribatizatu zituen; 1980ko Konstituzioak, gaur egun indarrean dagoena, eredu hori babesten du, eta Txilen ortodoxia zorrotzez aplikatzen da. Mobilizazioen errepresioa izugarria izan da (eta da). Mobilizazioak hasi zirenetik Nicolas Mirandaren mezuak jasotzen ditut, Santiagoko Denok Bat euskal etxean ezagutu nuen artista txiletar gazte batenak; haietan nabaria da kaleko borrokaren pultsua. Galo Ghigliotok, idazle eta editore txiletarrak, argitasun osoz azaltzen ditu artikulu honetan leherketaren arrazoiak. Diktadura hark presente jarraitzen du Txilen.

Mendoza utzi eta Andeak zeharkatu nituen Txileko Santiagorantz. Egun batzuk lehenago Mendozatik Las Cuevas-era ibilbide bera egin nuen. Las Cuevas muga aurreko Argentinako azken herria da. Autobusak Cristo Redentor tunela zeharkatu zuen Txileko muga-postura iristeko. Santiagorako jaitsiera Mendozatik igoera baino askoz ere zorabiagarriagoa da. Santiago (150 bat km-ra) eta itsasoa eskura zeuden; Santiago ia 2.400 metro beherago, Ozeano Barea 3.100 inguru.

Erreserbatutako hotelera heldu nintzen eta behar adina denbora izan nuen gauzak uzteko, Santiagoko kaleetatik ibiltzen hasteko eta bisitatu nahi nuen Denok Bat euskal etxeraino joateko. Baina irten aurretik, emakume jabeak informazioa eta orientabideak eman nahi izan zizkidan hiriburuan barrena mugitzeko; ordu eta erdi bahituta eduki ninduen.

Haren ideologia kontserbadore, klasista eta arrazista berehala geratu zen agerian. Hitz egiteko jarrera atseginak (eta neurri handi batean paternalista), bere kritika arrazistak justifikatzeko erabiltzen zituen komentario adeitsuek, eta Pinochet errugabetzeko erabiltzen zuen disimuluak, ez zuten lortu haren klasismoa, faxismoa eta aporofobia leuntzea.

Mespretxuz hitz egin zidan haitiarrei buruz, 2010ean euren herrialdea suntsitu zuen lurrikararen ondoren Txilera iritsi zirelako, bere hitzetan, "Bachelet presidenteak esan zuelako hemen denetarik izango zutela"; eta gaineratu zuen: "animaliak bezala bizi dira".

Luze eta zabal ere hitz egin zuen maputxeen aurka, Txileko hegoaldeko herria. Han poliziaren eta armadaren jazarpena etengabea da, baina nire solaskideak kolpatuen indarkeria ikusten zuen, ez poliziarena eta armadarena; hauen indarkeriak multinazionalen eta latifundisten interesak defendatzen dituzte.

Esaldi laudagarri pare bat ere irristatu zituen Pinochetentzat: "gauza onak egin zituen".


Elkarrizketa osoa esaldi honekin laburbildu zuen:

–Txilen ez dago ezer txarrik. Aurki ditzakezun gauza txarrak arrotzak dira.

Ulertu nuen “arrotz” hitzean pertsonak, ohiturak eta ideologiak sartzen zituela.

Eskerrak erreserba egitean leku merke baten bila ibili nintzela. Zer entzungo nukeen luxuzko hotel batean!

Arratsaldean Santiagon barrena abiatu nintzen, Txileko hiriburuan barrena, non nire ostaleraren arabera, arrotza kenduz, dena da ona.

Denok Bat euskal etxera iristeko paseo luzea eman nuen. Gaua heltzeko ordu batzuk falta zirenean heldu nintzen. Zaindariak esan zidan jatetxea, trinketea, frontoia, txokoa … ikustera pasa nintekeela. Jatetxean kuxkuxean ibili nintzen, baina ordu hartan hutsik zegoen. Trinketea zeharkatu eta frontoiraino iritsi nintzen; ondoan Denok Bat-ek beste areto bat dauka, txoko gisa prestatua. Txokoaren atarian bilera baten zain zeuden pare bat lagunekin hitz egin nuen. Pertsona haiek ezezagunak ziren niretzat, eta ni haientzat arrotza; beraz, elkarrizketa labur baten ondoren, konplexutik irtetera abiatu nintzen.

Trinketea zeharkatzean neska gazte batekin egin nuen topo, bere kamisetan "ahobizi" ikurra zeramala. Euskaraz agurtu genuen elkar. Zestoar bat zen, Txileko Unibertsitatean eta Santiagoko Unibertsitate Katolikoan euskara irakaslea. Euskararen eguna prestatzeko bilera batera zihoan, eta berarekin itzuli nintzen txokora. Esteka honetan irakur daiteke iaz gaualdi hartaz kontatu nuena.

Pintxoak eta ardoa ez ziren falta talde harekin bizi nuen gau-jaian. Talde hark, nire ostalariak deskribatutakoaren oso bestelako Txile batera eraman ninduen, hau da, herrialdeko biztanle gehienek bizi duten Txilera; ziur aski Denok Bat-en zuzendaritzak deskribatuko lukeena baino askoz ere errealagoa. Han ezagutu nuen Nicolas Miranda, etengabeko injustiziak eragiten duen nazkak leherrarazi zituen borroka eta mobilizazioen berri ematen didana.

Gauerdia igaro arte ez nintzen Denak Bateko gunetik atera. Sarreran sartzen utzi zidan zaindari berbera zegoen.

–Oraindik hemen? –esan zidan harrituta alde egin nuenean.

2019/12/10

Palencia, una ciudad tendida en la meseta


06, 07 y 08 / 12 / 2019
Palencia, un ciudad tendida en la meseta
 


Nunca había estado en Palencia capital hasta hace dos meses. El 12 de octubre llegué a ella; estaba recorriendo el Canal de Castilla en bici, y me acerqué hasta la dársena de la capital palentina, al final del enlace de poco más de un km que la une con el ramal sur de aquel. Fue una visita relámpago, que se tradujo en un recorrido en bici por las calles principales de Palencia, un pequeño descanso en una terraza de la Plaza Mayor, y la sorpresa de la catedral al pasar por la Plaza de la Inmaculada. No me detuve para una visita más prolongada, porque quería llegar a Valladolid e iniciar el viaje de vuelta a casa. Pero me alejé de la ciudad con la decisión ya tomada de volver a ella. Menos de dos meses más tarde he vuelto con Josune.


Cuando a media tarde del 6 de diciembre llegamos a Palencia, nos encontramos una ciudad que parecía desierta, como la que encontró Julio Llamazares una víspera de reyes lluviosa al llegar a la ciudad para visitar la catedral; la crónica de aquel viaje la habría de releer más tarde como adelanto para la visita que haríamos a la catedral el sábado. Pero, hasta entonces, aparcamos en el parking municipal para autocaravanas y salimos a recorrer el pequeño tramo que une la ciudad con el ramal sur del Canal de Castilla, y luego las calles de la población.

En diciembre la tarde no se alarga; para cuando regresamos a la dársena el sol solo se adivinaba en las nubes rojizas que cubrían el cielo, que mudaron al morado y al gris oscuro antes de llegar nosotros a las calles ya iluminadas con luces navideñas. El frío se hacía notar, pero las calles más céntricas se habían llenado de gente, y la Plaza Mayor lucía como si fuese de día. Palencia ya no parecía una ciudad vacía.

Mientras la gente había salido de sus casas para ocupar las calles, las cigüeñas se recogían para pasar la noche. Decenas y decenas de ellas cruzaban sobre nosotros para ocupar en cumbreras y pináculos de la catedral un lugar para posarse; apenas se veía más que un nido. Contemplamos el espectáculo desde la Plaza de la Inmaculada. En una esquina de la plaza, al este de la catedral, nos sentamos en la terraza del bar Doña Berenguela (también llamado, ahora, La Andaluza), el mismo en el que Julio Llamazares combatió el frío después de su visita a la rosa de piedra de Palencia[1]. Hacía frío; seguramente este era mayor sobre los tejados y agujas de la catedral, aunque las cigüeñas, inmóviles sobre una pata, no necesiten irse a tierras más cálidas para pasar el invierno. ¿Quién nos va a avisar ahora de que ya hemos llegado a San Blas?

El sábado visitamos la catedral, a la que entramos por el claustro, y no por la puerta de Santa María o del Obispo, la entrada principal, que está a la izquierda de la torre cuando miramos desde la plaza de la Inmaculada; ni por la de los Novios, la más oriental y a la derecha de la torre. Rodeamos la pared oriental del claustro para entrar. La catedral está en obras; no solo no pudimos acceder por la puerta del Obispo, tampoco pudimos admirar el crucero principal, ni el coro, ni el trascoro, ni la capilla mayor… Pero a la espera de poder hacerlo algún día, el resto fue suficiente para hacerse a la idea de la riqueza histórica, arquitectónica y artística que guarda esta rosa de piedra.

Me quedé con las ganas de sorprenderme por el doble crucero, sobre el que la lectura de Llamazares de la noche anterior me había creado expectativas; no pude dejar de sonreír con el increíble milagro de San Cosme y San Damián reproducido en una escena de un retablo de la capilla de San Gregorio; y cuando descendimos a la cripta —al igual que el crucero, doble; o al menos con dos espacios diferenciados, uno del siglo VII y otro del XI— tuve la sensación de haber viajado mucho más allá que a la muga entre dos milenios.

Salimos de la catedral, volvimos a recorrer las calles y pasar por lugares que se nos iban haciendo habituales, buscamos el calor y el descanso en algún que otro bar… Y de noche, cuando las cigüeñas ya descansaban sobre tejados y pináculos catedralicios, volvimos a cruzar la plaza de la Inmaculada camino de nuestra camper.

Los orígenes de Palencia son inciertos. Nunca había reparado en ella hasta ahora, pero tras este rápido encuentro, me parece que su existencia y su historia son dilatadas. Del futuro nada sabemos, pero los versos de un poeta local dibujan pesimismo: “… y antes que palentina es castellana / porque así es más difícil que se muera.” Son de José María Fernández Nieto, un boticario y poeta palentino al que he llegado por el relato del viaje de Julio Llamazares a la catedral de Palencia. Llamazares menciona dos versos del mismo soneto que he citado, y dice de ellos que son la mejor definición de Castilla: “… donde la vida pasa sin sentirla / y la muerte se siente sin pasarla.”[2] Aunque por el verso que les precede, “Una ciudad tendida en la meseta”, creo que el poeta solo se refería a Palencia.

Ya nos fuimos de Palencia, pero hay, al menos, dos cosas por las que volveré: quiero ver dos cruceros en la misma catedral, y quiero ver de cerca lo que inspiró a José María Fernández Nieto, que decía que para comprender Palencia hay que vivirla.



[1] Las rosas de piedra, como llama Llamazares a las catedrales, es un libro de "viaje en el tiempo y en la geografía", según su autor. En setiembre de 2018, diez años después de su publicación, tuvo su continuidad en Las rosas del sur
[2] Este es el soneto completo de José María Fernández Nieto, titulado Esta es una ciudad:
Esta es una ciudad como cualquiera / de las que ven la luz cada mañana / oyendo cómo toca la campana / gozosa y sin embargo prisionera.
Cuenta en río su tiempo, en primavera / su gozo y en otoño su desgana / y antes que palentina es castellana / porque así es más difícil que se muera.
Una ciudad tendida en la meseta, / donde la vida pasa sin sentirla / y la muerte se siente sin pasarla.
Una ciudad con alma de poeta. / ¡Que para comprenderla hay que vivirla / y hay que morirse un poco para amarla!

2019/11/30

Mendoza, una ciudad dentro de un bosque


Latinoamérica; pinceladas, imágenes y enlaces de un viaje (23)


Mendoza, Argentina.
Una ciudad dentro de un bosque
18/11/2018

Si tuviese que definir Mendoza con una sola frase diría que es una ciudad dentro de un bosque. Esa fue la impresión que tuve desde que comencé a recorrer sus calles, y que enseguida se acentuó cuando quise fotografiar la fachada de un edificio singular y los árboles me lo impedían. La impresión se confirmó cuando subí al Cerro de la Gloria. Desde allí vi una extensión verde, llana, con la mancha de algún tejado; de ella únicamente sobresalían unos cuantos edificios de bastantes plantas, pero no muchos.

Cuando comencé a recorrer la ciudad pregunté a alguien por una dirección, y me acompañó durante un buen tramo. Aquella persona me dijo que no estaba equivocado por pensar que la ciudad estaba inmersa en un bosque.
A un amigo le solía decir que aquí los árboles llegan hasta el séptimo piso; no lo creía hasta que vino a Mendoza me dijo.
Creo que exageraba un poco, porque la mayoría de los árboles no son tan altos, y no lo necesitan para cubrir la ciudad.
Mientras estuve en Mendoza visité unos cuantos lugares relacionados con San Martín y el ejército que formó allí para cruzar los Andes y liberar Chile y Perú. En el lugar donde San Martín estableció el campamento para preparar su ejército se encuentra el Campo Histórico del Plumerillo, que ocupa 4 hectáreas de las 46 que tenía a mediados de la segunda década del siglo XIX. Recorrí el lugar acompañado de un guía apasionado de la gesta de san Martín.
En la ciudad visité el Museo de San Martín. Aquí fue un descendiente de gallegos quien me orientó para la visita. Cuando acabé me dio un buen rato de conversación. Mientras estuve en el museo lo visitó un pequeño grupo de porteños; se fueron mientras el funcionario y yo charlábamos a la entrada. Él no perdió la ocasión para dar su opinión sobre la gente de Buenos Aires:
Los de Buenos Aires son unos soberbios, y no saben nada. Vienen aquí y lo único que hacen es sacar fotos; luego van a casa y le dicen a su familia: “mirá qué foto más linda”, pero no se acuerdan dónde la sacaron.
Pero si vi un sitio concurrido en Mendoza, fue el Cerro de la Gloria. Llegué a él atravesando el parque de San Martín, repleto de familias y grupos que pasaban el domingo comiendo y descansando en él.
El cerro está coronado por un imponente monumento al Ejército de los Andes. En las rocas transportadas desde la cordillera que tuvo que atravesar aquel ejército, hay catorce toneladas de bronce. Sobre una roca adelantada al grueso del monumento está la estatua ecuestre de San Martín; la flanquean desde una posición más atrasada, y a ambos lados, grupos escultóricos de los Granaderos a Caballo. Rodeando las rocas allí colocadas hay varios frisos que relatan momentos decisivos de la formación del ejército. La Libertad rodeada de Granaderos a Caballo corona  todo el conjunto.
La cantidad de visitantes que ascendían hasta el cerro era grande. Cuando yo descendía subía una mujer con tres niños. Aunque el camino no ofrecía ningún peligro, la mujer se alejaba temerosa de la parte expuesta del sendero provocando las bromas y los ánimos de sus hijos. Para no estorbar me aparté al borde y caminé por él, y uno de los niños le dijo a su madre:
–¡Mirá el viejito, no le tiene miedo!
El viejito volvió a atravesar el parque de San Martín, se introdujo en la ciudad arbolada y en una terraza de la calle Arístides Villanueva alivió la sed y el calor con una cerveza.
Aproveche la parada en aquella terraza para leer la prensa y, sin habérmelo propuesto, volví a ingresar en el ámbito de la memoria. Leí unas declaraciones del jefe de la Base Naval Mar del Plata que mencionaban a Santiago Maldonado, el joven que el 1 de agosto de 2017 desapareció en medio de un operativo ilegal de la Gendarmería contra la comunidad mapuche de Chubut. Las  declaraciones las hacía en relación a la aparición, dos días antes, del submarino ARA San Juan, que había desaparecido con 44 tripulantes el 15 de noviembre de 2017. El jefe militar declaraba: “Por fin ahora los medios de comunicación van a poder hablar de héroes de verdad, y no de tipos como Maldonado”. Parece que los militares no han cambiado nada.
Nota: ahora, un año más tarde de la aparición del ARA San Juan (y dos desde su desaparición) ya hay siete militares imputados, y se espera que lleguen, al menos, hasta la decena.

Mendoza, hiri bat baso baten barruan


Latinoamerika; bidaia baten hainbat zertzelada, irudi eta esteka (23)


Mendoza, Argentina
Hiri bat baso baten barruan
(2018 / 11 / 18)


Mendoza esaldi bakar batekin definitu beharko banu, baso baten barruko hiria dela esango nuke. Inpresio hori izan nuen hiriaren kaleetan barrena ibiltzen hasi nintzenetik, eta areagotu zen eraikin berezi baten fatxadari argazkiak atera nahi izan nizkionean: zuhaitzek eragozten zidaten. Inpresioa berretsi zen Cerro de la Gloriara igo nintzenean. Handik, hedadura berde bat ikusi nuen, laua, teilaturen baten orbanarekin; bertatik, solairu askotako eraikin batzuk irteten ziren, baina ez asko.


Hirian barrena abiatu nintzenean, norbaiti galdetu nion norabideren batez, eta bide luze batean lagundu zidan. Pertsona hark esan zidan ez nengoela oker hiria baso batean murgilduta zegoela pentsatzeagatik.

–Lagun bati esaten nion Mendozan zuhaitzak zazpigarren solairuraino iristen direla; ez zuen sinesten Mendozara etorri zen arte –esan zidan.

Uste dut esajeratzen zuela pixka bat, zuhaitz gehienak hain altuak ez direlako, eta ez dira horren altuak izan behar hiria estaltzeko.

Mendozan egon nintzen bitartean, San Martinekin eta Txile eta Peru askatzeko berak sortu zuen armadarekin lotutako leku batzuk bisitatu nituen. San Martinek bere armada prestatzeko kanpamendua ezarri zuen tokian Plumerilloko zelai historikoa dago. XIX. mendeko bigarren hamarkadaren erdialdean 46 hektarea zituen, gaur 4 besterik ez ditu hartzen. San Martinen gestaz liluratuta zegoen gida batek lagunduta lekua ezagutu nuen.

Hirian San Martin Museoa bisitatu nuen. Hemen galiziar baten ondorengo batek orientatu ninduen bisitaldian. Bukatu nuenean solasaldi luze bat izan genuen. Museoan egon nintzen bitartean Buenos Airesko talde txiki batek ere bisitatu zuen; funtzionarioa eta biok sarreran hizketan ari ginen bitartean alde egin zuten. Nire mintzakideak ez zuen aukera galdu Buenos Airesko jendeari buruzko iritzia emateko:

– Buenos Airesekoak harroak dira, eta ez dakite ezer. Hona etortzen dira, eta egiten duten gauza bakarra argazkiak ateratzea da; gero etxera joan eta familiari esaten diote: "Begira zer argazki polita!", baina ez dira gogoratzen non atera zuten.

Baina Mendozan leku jendetsu bat ikusi banuen, Cerro de la Gloria izan zen. San Martin parkea zeharkatuz iritsi nintzen muinora. Igandea zen eta familia eta talde ugari bertan pasatzen zuten eguna, bazkaltzen eta atseden hartzen.

Muinoaren goialdean Andeetako Armadaren monumentu handi bat dago. Armada hark zeharkatu behar izan zuen mendilerrotik ekarritako harri handietan, hamalau tona brontze daude. Monumentu nagusitik aurreratutako harkaitz baten gainean, San Martinen zaldi-estatua dago; atzerago, eta bi alboetan, Granaderos a Caballo talde eskultorikoak daude. Han jarritako harkaitzak inguratuz, armadaren eraketaren une erabakigarriak kontatzen dituzten friso batzuk daude. Askatasunaren irudia gailurrean nabarmentzen da, Zaldizko Granaderoez inguratuta.

Handia zen muinoraino igotzen zen bisitarien kopurua. Ni jaisten nintzenean emakume bat igotzen zen hiru haurrekin. Bideak inolako arriskurik ez izan arren, emakumea, beldurrez, bidezidorraren kanpoaldetik aldentzen zen seme-alaben txantxak eta animoak eraginez. Traba ez egiteko, bidetik kendu eta kanpoko ertzetik ibili nintzen; umeetako batek amari esan zion:

¡Mirá el viejito, no le tiene miedo!

Agure honek San Martin parkea zeharkatu zuen berriro, zuhaizti hirian sartu zen eta Aristides Villanueva kaleko terraza batean egarria eta beroa arindu zituen garagardo batekin.

Terraza hartako geldialdia aprobetxatu nuen prentsa irakurtzeko. Proposatu gabe, berriro sartu nintzen memoriaren esparruan. Mar del Platako itsas baseko buruaren adierazpen batzuk irakurri nituen. Militarrak Santiago Maldonado aipatzen zuen. Gazte hau 2017ko abuztuaren 1ean desagertu zen Jendarmeriaren legez kanpoko operatibo batean (Chubuteko maputxeen komunitatearen aurka). Bi egun lehenago ARA San Juan urpekoa agertu zen, 2017ko azaroaren 15ean 44 tripulatzailekin desagertu zena. Buruzagi militarrak honako hau adierazi zuen: "Azkenean, komunikabideek benetako heroiez hitz egin ahal izango dute, eta ez Maldonado bezalako tipoez". Badirudi militarrak ez direla ezer aldatu.

Oharra: ARA San Juan urpekoa agertu eta urtebetera (eta tragedia gertatu eta bi urtera) badaude zazpi militar inputatuta, eta hamarrera iristea espero da.

2019/11/12

El misterio no está en la línea recta


CRÓNICAS DE UN VIAJE TRAS SAN MIGUEL DE UN ATEO SIN ESPADA
Serie de 14 episodios sobre un viaje entre Mont Saint Michel y Monte Gárgano.

A caballo entre octubre y noviembre de 2017 realicé un viaje entre Mont Saint Michel y el Monte Gárgano, para visitar cuatro lugares curiosos, espectaculares y sorprendentes. Seguí una imaginaria y misteriosa línea recta, en la que se alinean esos cuatro destinos de mi viaje. En Aiaraldea.eus publiqué 14 crónicas en euskera. Más tarde grabé 14 podcasts  en castellano, cuyo texto publico aquí.


14- El misterio no está en la línea recta
Hemen argitalpen orijinala irakur daiteke:
https://aiaraldea.eus/komunitatea/Jose%20Mari%20Guti%C3%A9rrez%20Angulo/1519719872076-14-misterioa-ez-dago-alegiazko-lerro-zuzenean


El deseo de saber de los seres humanos es uno de los manantiales de los misterios, pero si éstos pueden permanecer o durar, es gracias a la ignorancia, por lo menos cuando la ignorancia y las creencias se funden. No sabemos, y queremos saber; no entendemos, y queremos entender; no vemos, y entonces imaginamos. De esa ignorancia, incomprensión y ceguera surgen las creencias; y si las creencias satisfacen las necesidades de multitudes, ya habrá quien las colme de rigurosas normas vestidas con una atractiva liturgia. Pero, desde mi punto de vista, una de las fuentes más importantes de misterios surge del miedo; queremos espantar lo que nos atemoriza, asusta o hiere; y para suavizar todo eso, utilizamos fórmulas mágicas e inventamos realidades indemostrables. En lo que se refiere al viaje que he hecho, el misterio no está en la virtual línea recta que he seguido, sino en las indemostrables realidades enraizadas en el imaginario colectivo.


Los cuatro lugares, que para mí han sido cuatro metas de mi viaje, han sufrido grandes cambios durante milenios. Ha cambiado la naturaleza y el paisaje; han cambiado las civilizaciones; ha cambiado la relación de los humanos con la naturaleza. Las magníficas y atractivas construcciones que he visto en ellos también han sufrido un continuo proceso de transformación, tan grande que ha hecho desaparecer las huellas de los primitivos fieles y pobladores. Con todo ello también han variado las creencias, y así mismo las creencias han modificado comportamientos de los seres humanos.

Mont Saint Michel estuvo consagrado al dios Belenus; era dios de la luz y del fuego, y también protector de los animales domésticos. Los romanos lo equipararon a Apolo, y un dios nuevo ocupó la residencia de Mont Tombe. Después llegó el cristianismo; y las nuevas creencias establecieron allí a San Miguel.

En cuanto a la iglesia de Saint Michel d’Aiguilhe, los intereses por convertir Le Puy en Velay en ciudad referencial para una importante comunidad, tuvieron mucho que ver en los cambios, pero el proceso de sustitución fue similar: equiparació del dios Lug por Mercurio, y sustitución de Mercurio por San Miguel.

También en el monte Pirchiriano se celebraban ritos mágicos antes de construir la Sacra di San Michele; según parece los celtas establecieron allí un lugar de culto, pero antes de construir la Sacra, el cristianismo relacionó las antiguas creencias con el diablo.

El santuario San Michele Arkangelo del monte Gárgano, fue el primero consagrado al arcángel en Europa. En el siglo VI San Miguel sustituyó a Apolo y al adivino Calcante, nieto del dios. Seguramente en el año 490 las creencias y ritos paganos se mantenían en Gárgano; Lorenzo Maiorano, obispo de Siponto, deseaba desterrarlos; para conseguir su objetivo consiguió –quizás mejor: promovió– la creencia de la aparición de San Miguel.

Una vez establecido el cristianismo no desaparecieron inmediatamente las creencias y ritos anteriores, ni la devoción por Apolo u otros dioses. Cuando el cristianismo enraizó lo suficiente, se satanizaron los perfiles de Apolo y demás dioses para identificarlos con el diablo. De esa manera San Miguel no sustituía a los dioses Apolo o Mercurio, sino que vencía al diablo. Algunas características de San Miguel y de los dioses por él sustituidos, son similares; manteniéndolas, les cambiaron a los creyentes sus dioses y mediadores.

Todo ello se completa con el fraude de la fe. Inventaron la fe, entendida como don, como modo de satisfacer el deseo de entender lo incomprensible, o para satisfacer el deseo de creer en realidades indemostrables. De esa manera la no creencia no tiene nada que ver con que aquello en lo que no crees sea irracional e indemostrable, sino con que no tienes el don de la fe. Quien da esto por válido no tiene necesidad de demostrar nada.

La elección del punto de vista en la narración de mi viaje
No es fácil huir de ese fraude del don de la fe cuando has tenido muy interiorizada su creencia. Me libré hace tiempo de ese peso. Pero cuando contaba que haría un viaje uniendo cuatro santuarios dedicados a San Miguel, más de una persona lo relacionaba con las creencias. Había quien me decía que viajar solo, era una oportunidad inmejorable para dar respuesta a los propios debates internos. ¿Debates internos? Yo lo que quería era volver a admirar tres lugares realmente incomparables que ya conocía, y conocer también el que fue precursor de todos ellos, que aún no había visto. Era llamativo para mí el mito de la virtual línea recta; el viaje se me ocurrió en el mismo momento en que tuve conocimiento de la leyenda. Pero el mito se me hacía llamativo, para nada creíble.

En ese tipo de comentarios que me hicieron antes de hacerlo, se encuentra la razón del punto de vista elegido para contar mi viaje. Y, al contrario que San Miguel, viajé sin espada.

El verdadero misterio
Antes, durante y después de viajar he leído, visto y escuchado informaciones sobre varios reinos, obispados y otros poderes. En la historia de Mont Saint Michel obispos, papas y reyes aparecen como protagonistas. En la de Saint Michel d’Aiguilhe el más renombrado es un obispo. Al parecer la Sacra di San Michele la construyó un acaudalado noble para cumplir el mandato del papa, a cambio del perdón de un oscuro y sospechoso pasado. En el monte Gárgano introdujo la devoción a san Miguel un obispo enviado por el emperador Zenón; después, según cuenta la historia, y a lo largo de siglos, diversos reinados y otro tipo de poderes construyeron el santuario que hoy vemos.

¿Aquellas personas de tanto prestigio, no tenían súbditos? ¿No ordenaron a nadie lo que se dice que ellos hicieron? Se pueden parafrasear las “Preguntas de un obrero ante un libro de historia” de Bertol Brecht:

La abadía de Mont Sain Michel, ¿quién la construyó?

¿En qué casas vivían los obreros que construyeron la admirable iglesia del Rocher d’Aiguilhe?

¿A dónde fueron los albañiles la noche en que fue terminada la Sacra di San Michele?

El obispo Lorenzo Maiorano se apropió de Gárgano. ¿Él solo? ¿No tenía ni siquiera un cocinero?

El misterio reside en supuestas e indemostrables realidades enraizadas en el imaginario colectivo, pero sin los soportes adecuados no puede durar. Los cuatro lugares que he visitado en mi viaje, y sus monasterios, son soportes de un misterio. Los han modificado a lo largo de la historia y los han hecho cada vez más atractivos; los han adecuado continuamente a la promoción del misterio. Innumerables seres humanos han tenido que trabajar en ese cambio continuado, y con toda seguridad muchos perdieron la vida en ese esfuerzo. Sin embargo todo el mérito y la fama se les conceden a obispos y reyes.

Parafraseando de nuevo a Beltol Brecht: ¿Arrastraron los obispos y los reyes los grandes bloques de piedra?

Quizás el misterio resida en todo esto.
Para escuchar el podcast:
https://www.ivoox.com/misterio-no-esta-linea-recta-audios-mp3_rf_28593688_1.html

Para escuchar en modo vídeo:
https://www.facebook.com/100008792851310/videos/1904184869884590/?id=100008792851310&lst=100008792851310%3A100008792851310%3A1571684074&sk=grid

2019/11/02

Monte Gárgano, origen y meta


CRÓNICAS DE UN VIAJE TRAS SAN MIGUEL DE UN ATEO SIN ESPADA
Serie de 14 episodios sobre un viaje entre Mont Saint Michel y Monte Gárgano.

A caballo entre octubre y noviembre de 2017 realicé un viaje entre Mont Saint Michel y el Monte Gárgano, para visitar cuatro lugares curiosos, espectaculares y sorprendentes. Seguí una imaginaria y misteriosa línea recta, en la que se alinean esos cuatro destinos de mi viaje. En Aiaraldea.eus publiqué 14 crónicas en euskera. Más tarde grabé 14 podcasts  en castellano, cuyo texto publico aquí.


13- Monte gárgano, origen y meta
Hemen argitalpen orijinala irakur daiteke:
https://aiaraldea.eus/komunitatea/Jose%20Mari%20Guti%C3%A9rrez%20Angulo/1518776771088-13-gargano-mendia-abiapuntu-eta-helmuga

Llegué a la meta. Había tomado como último destino de mi viaje San Michele Arcangelo, donde se inició el culto a San Miguel en Europa, el santuario que fue el origen o el precursor de las demás iglesias y monasterios de la virtual línea recta que había seguido. San Michele Arcangelo no tiene ningún parecido con los las otras tres iglesias o monasterios que había visitado. El de Gárgano no está en la cumbre de un monte, no se visualiza desde lejos, no se ve hasta que no estás dentro. Está en una gruta, y para llegar a ella hay que descender 86 escalones por una escalera de tres tramos, por el interior de las construcciones edificadas durante siglos contra la peña.

El santuario está en el pueblo de Monte Sant’Angelo. Visto desde Manfredonia, sus casas blancas se asoman en el horizonte, al borde del macizo del monte Gárgano. Mi viaje acababa en su famoso santuario. Los tres que había visto antes me parecieron magníficos por su situación, su tamaño y su belleza; los alrededores de este cuarto me parecieron interesantes antes de entrar en él, pero al contrario que en los otros, el primer vistazo no me produjo una sorpresa y admiración repentinas.

Al llegar al de Gárgano entré en un patio; a la derecha vi aun campanario de 27 metros, construido en el último cuarto del siglo XIII; delante de mí el pórtico de entrada con dos portadas, la de la derecha construida en los últimos años del siglo XIV, la de la izquierda una reedificación del siglo XIX; sobre el pórtico un frontón con una estatua de San Miguel. Lo que veía se había construido muchos siglos después de que el obispo Lorenzo Maiorano hubiese establecido el nuevo culto. A pesar de ser digno de admiración, aquello no era el milenario lugar sagrado.

Tuve que bajar la larga escalera, y para entrar en la gruta, atravesar otra portada del siglo XIII o XIV. La gruta estaba a rebosar de gente, la mayoría siguiendo con gran devoción la misa que estaba a punto de terminar. En un espacio de la zona del altar, y dentro de una urna trabajada con esmero, destacaba sobre todo lo demás la estatua de San Miguel; lo hacía por su situación, por la urna que la protegía y, sobre todo, por su claridad cegadora multiplicada por una iluminación bien dirigida.

En las otras tres iglesias o abadías en las que había estado antes había turistas; si entre ellos también había peregrinos o creyentes, no destacaban. En cambio en Gárgano, los turistas y los viajeros se hacían demasiado evidentes, a no ser que adquiriesen un talante de personas de fe; y aunque no se diesen cuenta, estaban todo el tiempo bajo la estrecha vigilancia de la monja guardiana del turno.

Al terminar la misa quise recorrer todos los rincones de la gruta, pero el alboroto momentáneo de los fieles que surgió con la despedida del “ite missa est”, terminó enseguida; quienes se quedaron en la cueva, y las nuevas incorporaciones, hicieron caso a la llamada para rezar el rosario, y el orden y la devoción se apoderaron de nuevo del interior de la caverna. La mayoría siguieron el rezo, al parecer con interior recogimiento; quienes queríamos observar y examinar los elementos antiguos y los contemporáneos, quedamos de nuevo fuera de lugar.

Salí para ver otras habitaciones y espacios que rodean la gruta. Un corredor largo y luminoso me llevó hasta la Capilla de la Reconciliación; es del año 2000, y se construyó y acondicionó para conmemorar un privilegio concedido por Juan Pablo II al santuario: “el privilegio del perdón angelical, con indulgencia plenaria”.

–¡Anda! –pensé–. ¡Esto sí que es un indulto!

En la capilla vi un moderno y bonito fresco, una cruz de madera del siglo XV y pequeñas cavidades excavadas en la roca de la montaña. Estas últimas me recordaron a las cuevas artificiales de Treviño y Valdegovía.

Los confesores esperaban en la trasera de la capilla en media docena de confesionarios, para conceder el perdón angelical eterno; al menos eso entendí en la audio guía que alquilé y, dulcemente expresado, el convite para que me acercase al confesionario: “aquí se te concede el privilegio de volver a nacer como un hombre nuevo”. Dejé allí a los confesores y a los pecadores que esperaban su turno, y volví a la gruta.

El rosario ya había acabado, pero se estaba celebrando otra misa. Me fijé durante unos momentos en el lugar y en los fieles, y con la intención de volver a la tarde, salí a comer y a recorrer el pueblo.

Volví a la gruta después del cierre del mediodía. A la tarde había menos gente en el santuario, y los grupos no eran tan numerosos; sin embargo el ambiente era similar: continuamente había rosarios, misas y oraciones. La devoción de los fieles siguiendo los ritos me pareció sorprendente, tan exagerada que si alguien viese aquello sin prejuicios y sin conocer el ritual, pensaría que aquellas personas eran figurantes de un teatro; y muchos sobreactuando.

En San Michele Arkanjelo pasé varias horas a la mañana y varias a la tarde; era el primer sábado de noviembre. Subí y bajé las escaleras unas cuantas veces; entré y salí de la gruta otras tantas; me detuve ante la fachada repetidamente; me pareció llamativo el sitio, el lugar donde estaba y lo que allí ocurría; y quise fijar en mi retina todos los detalles con el deseo de no olvidarlos. Volví el lunes siguiente. Quería comprobar si el ambiente era similar los días laborables. Encontré menos gente, y las celebraciones litúrgicas eran más espaciadas. Esas dos cosas suavizaban la sensación de religiosidad invasiva, pero el ambiente no cambiaba mucho. Alargue la estancia, y en algunos momentos conseguí ver la gruta casi vacía, siembre bajo la estrecha vigilancia de alguna guardiana.
Para escuchar el podcast:
https://www.ivoox.com/monte-gargano-origen-meta-audios-mp3_rf_28576564_1.html

Para escuchar en modo vídeo:
https://www.facebook.com/100008792851310/videos/1903759979927079/?id=100008792851310&lst=100008792851310%3A100008792851310%3A1571681228&sk=grid

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