Latinoamérica; pinceladas, imágenes y enlaces de un viaje (23)
Mendoza, Argentina.
Una ciudad dentro de un bosque
18/11/2018
Si tuviese que definir Mendoza con una sola frase diría que es una ciudad dentro de un bosque. Esa fue la impresión que tuve desde que comencé a recorrer sus calles, y que enseguida se acentuó cuando quise fotografiar la fachada de un edificio singular y los árboles me lo impedían. La impresión se confirmó cuando subí al Cerro de la Gloria. Desde allí vi una extensión verde, llana, con la mancha de algún tejado; de ella únicamente sobresalían unos cuantos edificios de bastantes plantas, pero no muchos.
Cuando
comencé a recorrer la ciudad pregunté a alguien por una dirección, y me
acompañó durante un buen tramo. Aquella persona me dijo que no estaba
equivocado por pensar que la ciudad estaba inmersa en un bosque.
–A
un amigo le solía decir que aquí los árboles llegan hasta el séptimo
piso; no lo creía hasta que vino a Mendoza –me dijo.
Creo que
exageraba un poco, porque la mayoría de los árboles no son tan altos, y no lo
necesitan para cubrir la ciudad.
Mientras
estuve en Mendoza visité unos cuantos lugares relacionados con San Martín y el
ejército que formó allí para cruzar los Andes y liberar Chile y Perú. En el
lugar donde San Martín estableció el campamento para preparar su ejército se
encuentra el Campo
Histórico del Plumerillo, que ocupa 4 hectáreas de las 46 que tenía a
mediados de la segunda década del siglo XIX. Recorrí el lugar acompañado de un
guía apasionado de la gesta de san Martín.
En la ciudad
visité el Museo de San Martín. Aquí fue un descendiente de gallegos quien me
orientó para la visita. Cuando acabé me dio un buen rato de conversación.
Mientras estuve en el museo lo visitó un pequeño grupo de porteños; se fueron
mientras el funcionario y yo charlábamos a la entrada. Él no perdió la ocasión
para dar su opinión sobre la gente de Buenos Aires:
–Los
de Buenos Aires son unos soberbios, y no saben nada. Vienen aquí y lo único que
hacen es sacar fotos; luego van a casa y le dicen a su familia: “mirá qué foto más linda”, pero no se
acuerdan dónde la sacaron.
Pero si vi un
sitio concurrido en Mendoza, fue el Cerro de la
Gloria. Llegué a él atravesando el parque de San Martín, repleto de
familias y grupos que pasaban el domingo comiendo y descansando en él.
El cerro está
coronado por un imponente monumento al Ejército de los Andes. En las rocas
transportadas desde la cordillera que tuvo que atravesar aquel ejército, hay
catorce toneladas de bronce. Sobre una roca adelantada al grueso del monumento
está la estatua ecuestre de San Martín; la flanquean desde una posición más
atrasada, y a ambos lados, grupos escultóricos de los Granaderos a Caballo.
Rodeando las rocas allí colocadas hay varios frisos que relatan momentos
decisivos de la formación del ejército. La Libertad rodeada de Granaderos a
Caballo corona todo el conjunto.
La cantidad
de visitantes que ascendían hasta el cerro era grande. Cuando yo descendía
subía una mujer con tres niños. Aunque el camino no ofrecía ningún peligro, la
mujer se alejaba temerosa de la parte expuesta del sendero provocando las
bromas y los ánimos de sus hijos. Para no estorbar me aparté al borde y caminé
por él, y uno de los niños le dijo a su madre:
–¡Mirá
el viejito, no le tiene miedo!
El viejito volvió a atravesar el parque
de San Martín, se introdujo en la ciudad arbolada y en una terraza de la calle
Arístides Villanueva alivió la sed y el calor con una cerveza.
Aproveche la
parada en aquella terraza para leer la prensa y, sin habérmelo propuesto, volví
a ingresar en el ámbito de la memoria.
Leí unas declaraciones del jefe de la Base Naval Mar del Plata que mencionaban
a Santiago Maldonado, el joven que el 1 de agosto de 2017 desapareció en medio
de un operativo ilegal de la Gendarmería contra la comunidad mapuche de Chubut.
Las declaraciones las hacía en relación
a la aparición, dos días antes, del submarino ARA San Juan, que había desaparecido con 44
tripulantes el 15 de noviembre de 2017. El jefe militar declaraba: “Por fin
ahora los medios de comunicación van a poder hablar de héroes de verdad, y no
de tipos como Maldonado”. Parece que los militares no han cambiado nada.
Nota: ahora, un año
más tarde de la aparición del ARA San Juan (y dos desde su desaparición) ya hay siete
militares imputados, y se espera que lleguen, al menos, hasta la decena.
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