CRÓNICAS DE UN VIAJE TRAS SAN MIGUEL DE UN ATEO SIN ESPADA
Serie de 14 episodios sobre un viaje entre Mont Saint Michel y Monte Gárgano.
A caballo entre octubre y noviembre de 2017 realicé un viaje entre Mont Saint Michel y el Monte Gárgano, para visitar cuatro lugares curiosos, espectaculares y sorprendentes. Seguí una imaginaria y misteriosa línea recta, en la que se alinean esos cuatro destinos de mi viaje. En Aiaraldea.eus publiqué 14 crónicas en euskera. Más tarde grabé 14 podcasts en castellano, cuyo texto publico aquí.
06- UNA IGLESIA EN LA PUNTA DE UNA AGUJA
Hemen argitalpen orijinala irakur daiteke:
https://aiaraldea.eus/komunitatea/Jose%20Mari%20Guti%C3%A9rrez%20Angulo/1514967311070-6-eliza-bat-orratz-baten-puntanPara llegar a la iglesia de Saint Michel d’Aiguilhe tuve que hacer un quiebro en la línea recta virtual que estaba siguiendo. Esta iglesia y la Sacra di San Michele, en Italia, están casi en la misma latitud; por lo tanto es imposible que la de Le Puy esté en la misma supuesta línea que une Mont Saint Michel, la Sacra di San Michele y el monte Gárgano, aunque en Aiguilhe digan que sí. De cualquier modo, es muy recomendable salir de la línea para ver este lugar.
Si el infierno existiese y fuese de fuego, se podría decir que la roca de Saint Michel d’Aiguilhe surgió directamente de él. Son los restos de un volcán, un cuello de volcán; las entrañas de la tierra salieron por aquí, y se enfriaron, y se solidificaron. Pero solo dura lo más resistente, y el trabajo paciente de la erosión ha descompuesto y hecho desaparecer los materiales más blandos de aquellos que salieron de las entrañas de la Tierra; La roca dura de Saint Michel d’Aiguilhe, en cambio, ha aguantado y resistido al tiempo y a la erosión.
Muchos millones de años después de que la roca surgiese, apareció en los alrededores una especie, al parecer, inteligente, y de mucha creatividad para dar explicaciones a lo que no entendía; o para inventar historias atractivas sobre los lugares extraordinarios que admiraba. Ahí la razón de convertir esta roca surgida de la tierra en un lugar sagrado y de culto.
Antes de establecerse el cristianismo era el dios Mercurio quien tenía su lugar en esta roca. Los romanos tomaban por manifestaciones de sus propios dioses los de los territorios que conquistaban; y a menudo los nombres romanos sustituían a los originales. Antes de su llegada, la roca en la que se encuentra Saint Michel d’Aiguilhe ya era un lugar de culto, probablemente consagrada al dios Lug o Lugus.
Lug, Merkurio y San Miguel tienen perfiles diferentes, pero también se les adjudican funciones similares. A Merkurio, por ejemplo, se le adjudicaba entre otras la función de conducir al otro mundo a los difuntos; en el cristianismo San Miguel tiene la de pesar las almas en el juicio final.
Sea como sea, yo diría que las creencias vinculadas a esta roca sólida y duradera, son también resistentes y perdurables.
Casual meta de etapa para un posible viaje
Cuando tuve la primera idea de hacer el viaje que voy narrando en esta serie de podcasts, Saint Michel d’Aiguilhe no era una meta en el mismo. El viaje se me ocurrió cuando conocí la Sacra di san Michele en la provincia italiana de Turín; allí fue donde tuve por primera vez noticia de la alineación de varias iglesias consagradas a San Miguel. Y me resultó muy llamativo.
La iglesia de Saint Michel d’Aiguilhe no estaba en la lista. Nos topamos por casualidad con ella el verano de 2017, al volver de un viaje que hicimos a Alsacia. Teníamos que hacer una parada, y nos dirigimos a un camping de Le puy en Velay. Toparnos con esta espolón rocoso fue sorpresivo; ¡junto al camping, una iglesia a 85 m de altura en la punta de una aguja! Alargamos nuestra estancia para ver la roca y la ciudad. ¡Mereció la pena!
Muy cerca de este peñasco puntiagudo hay otro, Rocher Corneille, con la cumbre a más altura, pero no es una formación tan afilada como la de Aighille. La roca de Saint Michel d’Aiguilhe tiene forma de aguja; no se puede describir con más literalidad. Llegar a su cumbre parece imposible. Para conseguir lo que es imposible, o lo parece, los seres humanos a menudo buscan o inventan medios; aquí, en un lugar que parece inaccesible, establecieron un lugar de culto.
La primera construcción de una iglesia cristiana tuvo lugar en el año 961 o 962; la ordenó construir el obispo Godescalc de Puy en el 950, al volver de una peregrinación que hizo a Santiago de Compostela. Consiguió atraer peregrinos, y la ruta de peregrinaje a Santiago que comienza en Puy, la Via Podiensis, se convirtió en una de las más famosas.
Arte y leyendas para atraer a los peregrinos
Hollé los 268 peldaños cincelados en la roca. Cuando me faltaba muy poco para llegar arriba apareció la portada de la iglesia frente a mí, todavía sobre mi cabeza. La primera iglesia construida en la cumbre (la parte que hoy rodea el altar) es del siglo X, de estilo mozárabe. El número de peregrinos se hizo cada vez más numeroso, y en el siglo XII la ampliaron. Construyeron entonces la portada y la entrada actuales, el deambulatorio y la torre, adecuando la construcción al escasísimo espacio de la cumbre. En la portada se adivina perfectamente que el estilo arqueológico fue importado de la península ibérica, sin duda a través del camino de Santiago.
El interior es impresionante, o para ser más justos, fascinante. Probablemente se hace tan atrayente por haber en tan pequeño espacio cosas tan admirables. El espacio de la iglesia originaria y el que hay sobre la entrada están lleno de frescos; en el añadido en el siglo XII unas columnas estrechas y esbeltas soportan el techo; la luz filtrada por la puerta, las ventanas y los huecos distribuidos en planos y orientaciones diferentes, lo tiñe todo de colores cálidos …
Por fuera una pared rodea la iglesia. En algunos tramos es demasiado alta y se me hacía difícil asomar la cabeza para ver el precipicio, pero las vistas sobre Le Puy en Velay son excelentes.
En la Edad Media las reliquias eran fundamentales para atraer a los peregrinos; sin embargo era materialmente imposible conseguir reliquias de San Miguel para promover su devoción, ya que se trata de un espíritu. Aunque sobre esto hay que decir que eso no impidió que en más de una iglesia de España, de Italia y de Alemania se mostrasen plumas que se atribuían a San Miguel o a San Gabriel; o reliquias de otros espíritus, como las dos plumas y un huevo del Espíritu Santo que mostraban en la catedral alemana de Mainz. En Aighille, como en la mayoría de los templos dedicados a San Miguel, no llegaron tan lejos; para atraer la atención y la devoción hacia el arcángel recurrieron a las apariciones y a las leyendas.
La leyenda más famosa de Aiguilhe se repite, aunque con algunas variantes, en otro lugar que visitaría más tarde durante este viaje. Una mujer joven vio comprometida su reputación porque se había puesto en duda su virginidad. Entonces se encomendó a San Miguel y se arrojó al vacío desde lo alto de la roca. San Miguel ralentizó su caída y la joven no sufrió ningún daño. La joven se arrojó de nuevo, y de nuevo la salvó el arcángel. La soberbia se apoderó de la mujer, y se lanzó desde lo alto por tercera vez. A la tercera San Miguel no detuvo la caída.
Yo, por si acaso, para abandonar la aguja sobre la que se construyó la iglesia, bajé por las escaleras.
Para escuchar el podcast:
https://www.ivoox.com/una-iglesia-punta-aguja-audios-mp3_rf_28379336_1.html
Para escuchar en modo vídeo:
https://www.facebook.com/100008792851310/videos/1900611596908584/?id=100008792851310&lst=100008792851310%3A100008792851310%3A1568795050&sk=grid
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